En la actividad de comer, se debe dejar al alcance de la persona solamente los objetos imprescindibles. Una mesa llena de objetos genera confusión. Así que recomendamos adaptarla con un mantel liso que contraste con el color del plato, ya que los manteles estampados dificultan que la persona encuentre y reconozca los objetos.


A la persona con Alzheimer conviene dejarle un trozo de pan únicamente si ha de ayudarse con él o si le gusta comer pan con uno u otro plato.

Puede ser que no recuerde si ha de usar un cubierto u otro por lo que al servirle el plato, debemos dejarle únicamente el utensilio que le corresponde.

Hay que evitar los objetos de cristal y poco estables porque el enfermo va perdiendo la coordinación de movimientos y coge los objetos de manera torpe. Es mejor usar un vaso de plástico, y si la dificultad es mayor, usar vasos que tengan una o dos asas.

 

Esta torpeza de movimientos hace que a las personas con Alzheimer se les caiga la comida al llevarla a la boca, por lo que conviene usar un babero grande para evitar que se manchen la ropa.

Los cubiertos con un mango grueso pueden facilitar su uso. Además, se pueden adaptar engrosando el mango del cubierto con unos tubos de goma especialmente diseñados para ese fin.

Los cuchillos con punta son peligrosos, así que mejor utilizarlos con punta redonda, y siempre mientras la persona sepa usarlo. Hay que valorar el momento en que es mejor darle la comida ya cortada.

Si llega el momento que no sabe usar el pan para recoger la comida, es mejor poner la comida en platos hondos o, aún mejor, con un borde especial en el plato.

Acercar la silla a la mesa o alejarla para que la persona se ponga de pie puede ser una tarea difícil para el cuidador. Se puede usar una silla con ruedas y freno que ayudará a moverla sin hacer fuerza. Al mismo tiempo impide que la persona se levante antes de acabar de comer.

 

COCINA

La cocina es un lugar lleno de peligros para las personas con Alzhéimer, y a no ser que las actividades sean supervisadas por su cuidador, se deben restringir a la medida que avanza la dificultad.

Los riesgos más comunes que suelen suceder son:

  • Olvidarse de cerrar el gas o dejar algo en el fuego. Si la cocina es de gas habrá que poner un detector de gas y de humo.
  • No usar correctamente la tostadora o el microondas. Habrá que quitarlos de su alcance manual y visual.
  • Cortarse al usar cuchillos al pelar los alimentos, en ese caso se pueden substituir por peladores.
  • No recordar dónde están las cosas. Conviene colocar etiquetas con el nombre de las cosas en armarios y cajones.
  • Olvidarse el grifo abierto.
  • Olvidarse la nevera abierta.
  • Comer fuera de horas y alimentos en mal estado.

Cuando se considere que realizar actividades en la cocina supone un peligro para la persona con Alzheimer, habría que cerrar la puerta poniendo una llave o un candado para que sólo pueda entrar cuando el cuidador pueda supervisar cada actividad.

Es positivo para la persona con Alzhéimer realizar actividades supervisadas por el cuidador, el cual le puede dar órdenes sencillas siguiendo la secuencia de la actividad. Eso le mantiene activa y le hace sentirse útil.

Ejemplos de actividades supervisadas que la persona puede continuar haciendo durante un tiempo:

  • Tender y recoger la ropa
  • Doblar y guardar la ropa
  • Poner algunos elementos en la mesa
  • Quitar el polvo
  • Fregar algún utensilio que no suponga peligro
  • Lavar las verduras
  • Barrer
  • Hacer la cama
  • Regar las plantas

 

 vía : KnowAlzheimer

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