Preocuparse por cualquier persona con Alzheimer es un trabajo difícil. Se tiene que tratar con cambios de personalidad y conductas aparatosas. Quizá se te haga la misma pregunta continuamente. Por lo general se enfrenta a quebraderos de cabeza al momento de bañarse, cambiarse y efectuar de sus necesidades. Tu ser querido quizá se aleje si no tienes cuidado.

Eventualmente, tendrás que deliberar sobre la decisión de alojar a tu familiar en una estancia para su cuidado integral durante un tiempo más prolongado. Y la lista sigue y sigue aumentando. Pero lo más difícil a lo que te enfrentarás como cuidador, sin duda es que paulatinamente tenemos la sensación de que estamos perdiéndole.

Se pueden obtener consejos y asesoramiento mediante libros, ponencias o hablando con expertos sobre el cuidado de los ancianos con Alzheimer. Algunas de las indicaciones serán buenas; otras quizás no tan acertadas. Sin embargo, lo que queremos conseguir en éste artículo es ofrecer algunas contemplaciones respecto a 5 cosas que los cuidadores de enfermos de Alzheimer no deberían hacer jamás.

 

1. Estar en negación

Cuando uno de nuestros familiares muestra signos de demencia nos genera malestar. Es común para sus allegados entrar en un estado de negación. Es fácil ignorar los síntomas, poner excusas, llevar los síntomas a último término y buscar otras explicaciones sin ni siquiera pensar por un minuto que podrían ser síntomas de demencia.

El problema con la negación es que no te permite poner freno al rápido avance de la enfermedad. No permite buscar asesoramiento por un especialista o a un neurólogo para poder llevar a cabo un tratamiento. ¿Y si no fuera Alzheimer? La rapidez en diagnóstico favorecerá que se realice un tratamiento eficaz que frene su avance.

2. Preguntar “¿te acuerdas?”

Preguntarle a una persona con Alzheimer si recuerdan algo es un error bastante común y fácil de cometer. Probablemente pueden haber olvidado el hecho en cuestión, por que es lo que las personas que sufren Alzheimer hacen. Olvidan. De este modo es mejor decir, “Me acuerdo de cuando…” y luego contar la historia.

3. Discutir o contradecir a la persona

Si estás cuidando a alguien con demencia, es relativamente sencillo caer en el error de contradecir o discutir con ellos cuando dicen cosas sin sentido. Por lo general suelen decir durante el día bastantes cosas que entran en ésta categoría. Por ejemplo, puede darse el caso de que piensen que son niños otra vez o que se inventen historias.

Pero la realidad es que nunca podrás ganar una discusión con una persona diagnosticada de demencia. ¡Se aferrarán a su idea hasta el final! Es mucho mejor estar de acuerdo con ellos y después cambiar el tema. Así podemos prevenir un desagradable momento.

4. Atrasar el cuidado en una estancia cuando sea claramente necesario

En algún punto del proceso de la enfermedad podría (no siempre) ser evidente que ya no puedes cuidar a tu familiar en casa. En etapas avanzadas de la enfermedad, se requieren muchas más personas para cuidar de ellos. Necesitarán un cuidado y un apoyo las 24 horas del día, pero también es importante que tengan gente a su alrededor que le otorguen estimulación social.

A veces ingresar a la persona en una honorable institución es justamente la opción más cariñosa que podemos darle (sin mencionarte a ti mismo). Cuando ya no tengas que cuidar de la persona las 24 horas del día te podrás relajar, tomar un descanso tan necesitado y disfrutar cuando pases tiempo con tu ser querido. Eso sí, siempre que estés seguro de que está recibiendo el mejor cuidado posible.

5. Dejar de visitar a tu familiar cuando ya no te reconozca

Mucha gente piensa que no hay razón para visitar a un ser querido cuando ya no los reconoce, pero aún así estamos convencidos de que deberían visitarlos. Debemos ser conscientes de que la persona disfruta con las visitas aunque no sepa quién es la persona que lo visita. Pero también puede ocurrir que sepa quién eres pero no pueda decirlo.

Nunca sabemos a quién reconocen, en el fondo, los pacientes con Alzheimer. Pero aunque no haya forma de saberlo, estamos convencidos de que la persona está realmente “ahí” en algún lugar y siempre deberíamos asumir que le persona podría saber o sentir más de lo que ésta pueda expresar.

 

vía Alzheimer Universal

 

 

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